Sobre mi

Al igual que tú:
- Siempre he querido sentirme bien y disfrutar mi vida al máximo.
- Me he preparado y trabajado mucho, para tener calidad de vida.
- Quiero tener una vida estimulante, gratificante y ejemplar.
Me llevó tiempo y dedicación tener la vida de calidad que ahora disfruto…
He respondido muchas preguntas que, seguramente, también tú te habrás hecho.
Continúo dedicando mi tiempo a leer, a investigar. Sigo asistiendo a seminarios, cursos, conferencias y a cualquier otro tipo de actividad en la que se hable de lo que más me apasiona: nuestro mundo interior.
Gracias a esta preparación he descubierto que contribuir con el bienestar de otros es lo que más disfruto y, por lo tanto, lo que más a gusto me hace sentir con mi vida.
Soy, ante todo, humanista. Cuento con el privilegio de haber egresado de la escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela.
Jamás sospeché que mi formación, junto con el escepticismo que aún me acompaña, serían los factores que, años más tarde, me impulsarían a investigar con rigurosidad académica, la relación que existe entre el mundo interior de la conciencia y la realidad material.


Mi condición de historiador, investigador y docente me impulsó, sin habérmelo propuesto deliberadamente, a documentar mi propio proceso de renovación interior, que es lo que ahora comparto.
Mi manera de agregar valor a la vida de otras personas cuenta con el respaldo que le brinda mi titulación universitaria, junto con el tiempo en que me he consagrado (más de 30 años) a investigar el complejo entramado de lo que significa ser humanos.
¿A qué me dedico?
Me dedico a facilitar la renovación interior de aquellas personas cuya aspiración más importante es sentirse a gusto con sus vidas.
Mediante acciones estratégicas personalizadas que, al ejecutarse coordinadamente, convierten en realidad sus aspiraciones más importantes.
Para transformar la vocación en una fuente de valor económico y humano que permita combinar calidad de vida con una vida de calidad.
Porque no es posible sentirse completamente a gusto con la vida y disfrutarla al máximo mientras existan necesidades sin satisfacer o parcialmente satisfechas.